PERDIDOS


Adiós.


Ayer a las 8 de la noche fue la última vez que te vi, yo estaba hastiado del calor que se viven en esta época del año en Lima, y en todo el hemisferio sur del planeta, me alejé de casa para caminar contigo y cavilar sobre lo que estábamos viviendo. 

Para ser sincero  nunca me había sentido tan cómodo, solo éramos él, yo, y un cielo que oscurecía poco a poco. Su voz era calma, su tono diverso y tenía unos bajos que hacían juego con el ruido de los grillos de aquel lugar.

Lamentablemente tuve que volver a casa y los dejé olvidado en el césped de ese parque en Surco. Los últimos que tuve fueron igual a los que acababa de perder, unos Radioshack, la verdad no recuerdo el modelo, pero nadie estuvo más tiempo conmigo que estos últimos. 

Es curioso como han cambiado a lo largo de su historia. Los audífonos cumplieron su primer siglo de vida hace unos años. Todo comenzó en 1910 debido a la  necesidad de Nathaniel Baldwin, un ingeniero electrónico mormón y polígamo, que no podía oir al orador en las reuniones de su iglesia, y que fue quien los inventó. 

En lo personal, no recuerdo haberme desprendido de ellos en tareas como el desgrabado de entrevistas, o simplemente para aislar el ruido del tránsito de la música que escucho mientras viajo en los buses de la ciudad. Esta característica, novedosa para su época, fue lo que los hicieron muy atractivos para la Marina de Guerra de Estados Unidos, siendo modificados y usados incluso años después en la Primera Guerra Mundial. 

Luego de un pedido de un lote de 100 audífonos por parte del Comandante. A. J. Hepburn quien los probó, Baldwin comenzó a fabricarlos en la cocina de su casa junto a la ayuda de sus familiares. 



Primer diseño de audífonos elaborados en 1910.


Sin embargo, los "Baldy Phones", nombre con el que se los conocía, fracasaron debido a los problemas que tuvo Nathaniel con sus Socios. Su mayor éxito comercial recién llegó en 1958 cuando John C. Koss pudo llevarlos a todos los oídos de jóvenes y adultos. 

El resto de la historia y las marcas ya las conocemos, sus diferentes modelos, materiales, tamaños, colores, y ahora son incluso inalámbricos. Yo solo deseo volver tener unos sencillos, como los que perdí. 

Comentarios