CONSERVACIÓN DE NUESTRO PASADO





Solo a unos pasos de la Plaza de la Bandera en Pueblo Libre se ubica una de las  6 huacas  que conforman el Complejo Arquitectónico de Maranga. Denominado Mateo Salado,  debido a un inmigrante francés que buscó refugio en nuestro país, este conjunto de 5 pirámides son una de las principales muestras de cultura heredadas de los Ichma e Incas.

Ahí nos dirigimos a conocer ese período de la historia. Nuestro guía nos explicó que este lugar habría sido habitado y construido por la cultura Ichma desde el año 1100 hasta mediados de 1400 d.C. y luego probablemente fue ocupado por los Incas, hasta 1532 con la llegada de los españoles.

A comienzos del año 1574, Mateo Salado un monje francés llegó hasta el territorio donde actualmente se ubica nuestro país buscando refugio. En plena época del auge de la religión católica en todo el continente Americano, él decidió residir en este terreno, que para ese entonces aún se encontraba en las mismas condiciones en las que los Incas lo habían dejado.

Años más tarde, en una época donde la Santa Inquisición aún tomaba las decisiones más importantes en nuestra capital, Mateo Salado fue condenado a muerte en la hoguera al ser considerado un hereje.  

Conservación
Sin embargo, este lugar histórico no siempre tuvo los cuidados y mantenimientos que se tienen ahora. Y fue recién a mediados del año 2000 el Ministerio de Cultura decidió calificar a  Mateo Salado, y a las 5 huacas ubicadas en el distrito de San Miguel como "Patrimonio Cultural de la Nación"

Paul López, actual encargado administrativo de la Huaca, cuenta que esta transición no fue sencilla, la situación económica y política que se vivía en nuestro país obligó a muchas personas a buscar un lugar donde vivir. 

"Fue un poco difícil al comienzo, porque antes esto estaba ocupado por unos habitantes, familias y personas que desconocían el valor de este terreno", cuenta Paul, quién lleva cumpliendo sus funciones desde que se comenzó los trabajos de conservación y excavación.

De hecho actualmente siguen residiendo 5 hogares, quienes vienen luchando por mantener su posición en el lugar, y aún el estado no ha podido retirarlos por motivos legales.

Entre los hallazgos más impactantes que se encontraron en una de las 5 pirámides Ichmas fue el cuerpo de un ciudadano chino. “Al parecer fue durante el siglo XVIII, cuando gran cantidad de inmigrantes chinos llegaron a las costas del pacífico”, explica Paul.

Del lado histórico se descubrieron semillas y huesos de pescados, que, aunque parezca no muy creíble, al estar en la costa se podía caminar grandes distancias para traer pescados y alimentos del mar.

“Semillas y espinazos fueron hallados dentro de unos cántaros de barro que actualmente se encuentran protegidos”, dijo. Nunca se sabrá cuánto más pudo haber dentro de este lugar. “Al ser una zona histórica las personas pensaban que podrían encontrar más cosas de valor y por ello huaqueros atacaron el complejo”, agrega.

Hasta el año 2006 – cuando comenzó la etapa de conservación y excavación – el lugar se encontraba lleno de basura. Al parecer, el hecho de que el lugar se encuentre en medio de una ciudad afectó mucho las estructuras fabricadas a base de adobe.

“A veces vienen a visitar vecinos de la zona para pasar el momento y me cuentan que solían jugar en estos lugares cuando eran niños, pero por primera vez lograron ver las pirámides desempolvadas y con mayor accesibilidad”

Y es que desde que el Ministerio de Cultura puso mano dura en el asunto de turismo ha cambiado la situación para las huacas San Marcos, Potosí, Middendorf, Cruz Blanca, La Cruz y la zona arqueológica Mateo Salado.

Cabe recalcar que muchos vecinos ignoraban cuánto daño pueden recibir las 5 pirámides de adobe. Ya que – según cuenta Paúl López – usaban un canal de regadío para la siembra de rosas en casi un cuarto de terreno del complejo.

“Recién hace dos años se decidió cerrar ese canal que venía desde el río Rimac y los vecinos dejaron de sembrar las rosas”, agregó. 

En esa pirámide se descubrió una de las más claras muestras de que las culturas Inca e Ichma lograron utilizar los colores en sus construcciones. Se trata de unos escalones claramente teñidos de amarillos, que para mantenerla protegida del sol, fueron cubiertas.



"El Ministerio de Cultura busca que exista una buena relación con la comunidad, para que se identifiquen con el lugar, ya que también se pueden realizar actividades artísticas con jóvenes y estudiantes".

De hecho una de las zonas del Complejo Mateo Salado es una réplica de las zonas importantes de todo el terreno donde se le explica a estudiantes y turistas con mayor detalle y comodidad la historia que hay detrás de esas grandes construcciones.

Al consultar a Paul sobre la conservación de zonas arqueológicas que se encuentran en otras regiones del país, nos dijo que es importante la labor de los vecinos y de los medios de comunicación.

“Lamentablemente el Ministerio no puede estar en todos los lados, pero sabemos que aún hay complejos, castillos y ruinas como esta, a las que no se les toma la debida atención”.

La conservación de nuestro pasado no solo depende de nuestras autoridades, sino de los peruanos mismos. Y así como Mateo Salado muchas zonas arqueológicas deberían servir de ayuda para conocer más sobre la historia de nuestro país.



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